Capítulo
47: Aliados y enemigos
(Sergio
se acercó corriendo a la camilla en la que se encontraba Joaquín.
Éste le miró y sonrió. Los dos hermanos se abrazaron).
Sergio:
me alegro que estés con nosotros.
Joaquín:
¿qué me ha pasado?
Sergio:
te hemos salvado la vida y te hemos otorgado un gran poder.
Joaquín:
¿en serio? Muchas gracias hermano.
Sergio:
a cambio quiero que hagas algo por nosotros.
Joaquín:
lo que sea.
Sergio:
necesitamos que uses tu poder para resucitar a alguien.
(Mientras,
los cinco compañeros continuaban andando por la ciudad en llamas con
la mosca detrás de la oreja pensando que alguien les estaba
siguiendo. Consiguieron salir de la ciudad y comenzaron a atravesar
una montaña).
Nines:
lo mejor será que hagamos noche aquí. Mañana alcanzaremos la cima.
Goya:
vamos a dormir. Hasta mañana.
Nines:
Javi, Eric venid conmigo.
(Nines
les contó que ellos iban a estar de guardia mientras Goya y Raquel
dormían ya que estaba segura de que alguien les estaba siguiendo. En
mitad de la noche, Javi vio a alguien y fue detrás de ella.
Consiguió alcanzarla y atarle las manos. Nines y Eric llegaron
corriendo).
Nines:
¿quién eres?
Rebeca:
me llamo Rebeca, no me hagáis daño.
Eric:
¿por qué nos seguías?
Rebeca:
porque estoy sola. Os vi y pensé que con vosotros sobreviría.
Javi:
¿y cómo has sobrevivido tanto tiempo en un sitio así?
Rebeca:
llevo aquí una semana desde que aparecí.
Nines:
¿apareciste?
Rebeca:
me secuestró una gente hace tiempo cuando salía del buffete. Me
tiré allí mucho tiempo hasta que conseguí escaparme y alguien me
trajo aquí, un hombre, pero desapareció cuando explotó un
edificio.
Javi:
¿aquella persona quién era? ¿La que te secuestro?
Rebeca:
no lo sé, era un cubano.
Javi:
Fabio, eso está claro. La secuestraron a ella y no consiguieron
hacerle ningún experimento.
Rebeca:
¿de qué estáis hablando?
Nines:
Rebeca esa gente ha dejado el mundo como está y se dedica a
experimentar con las personas para otorgarles poderes, ponerlos de su
parte para poder dominar el mundo. Nosotros intentamos impedirlo.
Rebeca:
¿puedo unirme a vosotros?
Eric:
estaríamos encantados.
(Al
día siguiente, Rebeca se presentó al resto del grupo y los seis
comenzaron a subir la montaña con la esperanza de poder ver algo.
Mientras, Joaquín entraba en la sala central del castillo donde se
encontraba Berta junto con el cadáver de Judith).
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